viernes, 24 de octubre de 2014

La aventura no para

Cuarta semana de clase y esto no para. Bueno, para y no para.

Ante la carga de trabajos a la que estábamos siendo sometidos, ha habido un cambio. ¿Menos trabajos? No exactamente. Al final de curso habremos hecho los mismos trabajos, con la diferencia de que los habremos hecho en periodos de tiempo mejor repartidos, debido a parones (como en las ligas rusas) de algunas asignaturas. Cosa que es de agradecer, y mucho.

Después de cuatro semanas es de suponer que ya hemos retirado casi todas las telarañas veraniegas de nuestros maltrechos cerebros (maltrecho porque de mayo a octubre hay muchas fiestas por los pueblos y barrios, y claro, la pobre materia gris se resiente). Las agujetas neuronales han ido reduciéndose paulatinamente, cada vez cuesta menos enterarse de lo que habla el profesor, las asignaturas empiezan a tener más y más sentido. ¿Y como llevo lo de madrugar? ¡Ay madrugar! Esa es una batalla pendiente que algún día estoy por ganar, pero desde luego no será hoy.

1 comentario:

  1. ¡Ánimo Fran!
    ¿Cual ha sido la lección del MUDE que más te ha impactado esta semana?

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